CANAL VIDEOS CAJAS FUERTES

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viernes, 18 de abril de 2008

EL GRAN ROBO DE NIZA ABRIERON 4.000 CAJAS DE ALQUILER

Lo que sí llama profundamente la atención en esta ciudad es el siguiente episodio de su historia reciente. En este tranquilo espectáculo frente al mar ocurrió el mayor robo de la historia de Francia. En 1976, durante la semana santa, un grupo liderado por Albert Spaggiari, un ex mercenario del grupo ultra derechista francés OAS, logró el robo perfecto. Spaggiari tenía un grupo de nueve hombres muy calificados pero faltaba un experto en túneles. Este figuraba preso en Marsella, así que previa promesa de parte del botín, la mafia Marsellesa lo dejó escapar. Así se completaba la banda más tarde conocida como “Las Ratas de la Alcantarilla”. Estuvieron más de nueve semanas cavando sin que nadie se diera cuenta. Los trabajos de obras públicas que se hacían en la superficie sirvieron de cortina de humo para los ladrones que avanzaban a un ritmo de 15 centímetros diarios. Finalmente, el viernes santo, llegaron a la caja fuerte de la principal sucursal del banco Societè Generale. Tenían tres días para trabajar con la garantía que estaría cerrado.
La bóveda era de hormigón armado, con paredes de 30 centímetros de ancho y una puerta de 20 toneladas. Era tan impenetrable que lo especialistas habían renunciado a ponerle sistemas eléctricos de seguridad. Dieciséis horas estuvieron batallando hasta poder acceder a ella. Abrieron una a una las cuatro mil cajas de seguridad con joyas, efectivo, bonos del estado y al portador. También encontraron fotos comprometedoras de respetables figuras de Niza, con las que empapelaron toda la bóveda. Discriminaron entre los ahorros y objetos de clientes adinerados y se llevaron el dinero de estos últimos, un botin estimado en 18 millones de dólares de aquellos años. Por que sin pensarlo dieron con el depósito nocturno que contenía otros tantos millones. Pero antes, Spaggiari mandó a unos de sus hombres a comprar comida, cocinaron y celebraron dentro de aquel lugar durante un día entero. Al entrar la policía encontró restos de vino, quesos y paté fois y un rayado escrito por Spaggiari que decía “Sin armas, sin odio y sin violencia”.La policía comenzó una de las búsquedas más violentas emprendidas en aquella época hasta que finalmente dio con dos miembros de la banda que delataron a Spaggiari. Eso, sumado a las denuncias de la celosísima esposa que había llamado a la policía para descubrir dónde se perdía su marido cada noche. Lo interrogaron por más de 36 horas sin que se le moviera un músculo. Días antes del juicio pidió entrevistarse con el juez a quien procedió explicarle con lujo de detalle la hoja de ruta del robo. Luego, mientras se dirigía al banquillo, giró súbitamente hacia la ventana, saltó, cayó sobre un auto que dejó abollado y se escapó en una moto que lo esperaba encendida. Nunca más se supo de él. Sólo que mandó un giro postal con dinero al dueño del auto. Años después escribió su autobiografía bajo pacto de confidencialidad con la editorial, donde juraba haber cedido el dinero del robo a los oprimidos de Yugoslavia, Italia y Portugal.

miércoles, 9 de abril de 2008

ROBO POR EL SISTEMA DEL BUTRON

Entre los atracadores de bancos y vehículos de transporte de fondos, destacan los organizados por las bandas butroneras, dotadas de cuantos medios sofisticados son necesarios para la comisión del delito. Constituyen la aristocracia del robo con allanamiento. Las emboscadas y el procedimiento del butrón son sus principales métodos de trabajo.
En la historia del robo a convoyes de seguridad y bancos, hay casos de gran espectacularidad y destreza. En Niza, la banda de un ex mercenario de la OAS, Albert Romain Spaggiari, dio cuenta de un botín valorado en mil millones de pesetas. El robo se produjo en la Banque Société Generale. Aún no se habían adoptado los dispositivos de seguridad conocidos hoy, cuando ni las puertas de acceso ni las cámaras acorazadas contaban con ningún sistema de detección electrónico. La operación empezó con la excavación de un túnel desde la cloaca de la ciudad hasta la pared de la cámara acorazada del banco. La obra, de siete metros de longitud, atravesó una de las columnas de los cimientos del inmueble, de más de un metro de grosor de piedra viva. Un centímetro por hora durante dos fines de semana. Después, con una lanza térmica, cuya lengua de fuego rondaba los 4.500 grados de temperatura, perforaron el muro de hormigón de unos veinte centímetros de ancho. Tras retirar el hormigón y la placa metálica de la cámara acorazada, y abrirse paso mediante un gato hidráulico, perpetraron el robo de las joyas, divisas y valores mobiliarios depositados en los cofres y cajas de seguridad. Desde la primera cámara tuvieron acceso a las otras dos. "Sin odio, sin violencia, sin armas", escribió en la pared del sótano uno de los atracadores. Hoy no sería posible un robo semejante: tardaron varias semanas y utilizaron un cable de 500 metros de longitud para alimentar el alumbrado desde un garaje.
Si jugoso resultó el robo a la Banque Société Generale en Niza, no menos beneficios produjo la operación contra la sucursal en Marbella del Banco de Andalucía. Mil millones más para otra banda compuesta en su mayoría por italianos, los reyes del robo por el procedimiento del rififí. Sucedió poco más tarde de llegar Felipe González Márquez a la presidencia del Gobierno por primera vez. El modus operandi consistió en practicar un butrón desde una vivienda situada junto a la entidad bancaria. El tiempo consumido no sumó muchos minutos. Una escalera de caracol condujo a los ladrones hasta el sótano. Antes de fracturar con un martillo el bombín de la puerta de la antecámara, anularon la central de alarma después de abrir con una ganzúa la cerradura de la portezuela de rejas. Un soplete, varias botellas de oxígeno, media docena de palanquetas, una colección de manómetros y siete horas fueron suficientes para llegar hasta las entrañas de la cámara de seguridad. "El robo del siglo" en España dejó en evidencia la modesta vigilancia de la sucursal bancaria. Modesta, pero no para Modesta Castilla Soto, amante de uno de los miembros de la banda, quien, como otras ambiciosas mujeres de la zona, sirvió de tapadera a los atracadores mientras planificaban la operación.
Los robos a los bancos por el sistema del rififí se producen generalmente durante los sábados y domingos y durante los días de Semana Santa, Navidad y fiestas locales, sobre todo en horas nocturnas. No es una elección gratuita dada la duración de un robo semejante.
La financiación de la operación, la tecnología empleada y el adiestramiento de sus ejecutores exigen un botín considerable. Coincidiendo con un estudio realizado por la Comisaría General de la Policía Judicial española, publicado en la revista Policía, los autores del mismo se hicieron eco de las declaraciones de uno de los participantes del frustrado robo a una agencia del Banco Hispano Americano en Barcelona: "A la hora de robar un banco, tenemos en cuenta el prestigio de la entidad, su solvencia económica, la situación preferente en zonas comerciales y la carencia de circuitos cerrados de televisión". Con estas condiciones, sólo responden los bancos ubicados en la mejor zona de cualquier población, máxime si está situada en una región con gran desarrollo económico: industria, finanzas, turismo. De ahí la importancia de la costa del Mediterráneo, desde la Costa Brava hasta la Costa del Sol, una zona claramente destacada en el mapa de operaciones de los atracadores de bancos. También Madrid es un foco de interés por razones obvias.
En general, España, por el considerable trasiego de turistas, facilita el asentamiento de las bandas de ladrones desde la fase misma de la planificación del robo hasta el momento de sustraerse a la acción de los tribunales de justicia. La residencia más o menos fija también sirve para invertir parte del botín en inmuebles, restaurantes y otro tipo de negocios mediante testaferros de nacionalidad española sin antecedentes penales.
Los ladrones de bancos por el sistema del butrón, raramente portan armas de fuego. No las necesitan y además contribuyen a elevar la pena en caso de ser detenidos. Sus únicas armas son la paciencia y el sofisticado equipo de trabajo. Como toda clase de delito, los robos por rififí se producen en tres fases: planificación, ejecución y huida.
La planificación comienza con la selección del banco y la posterior apertura de una caja de seguridad a nombre de cualesquiera de los miembros no fichados por la policía. Es sólo un pretexto para conocer el terreno más detenidamente: distribución de las dependencias, disposición del sistema de seguridad, situación de la cámara acorazada, número de cajas de seguridad, etcétera. Una banda correctamente organizada utilizará a un hombre de paja, si es posible conocido en la zona para no alertar a la policía ni al servicio de seguridad del banco.
Paralelamente, los miembros de la banda se alojan en casas o apartamentos de nivel medianamente alto, máxime si son italianos, eslavos y franceses. Dos o tres ciudadanos extranjeros viviendo en un piso modesto de Madrid, Barcelona o Marbella despertarían automáticamente la atención de los vecinos; de los maleantes de la zona y finalmente de la policía.
Tan importante y costoso como la vivienda ha de ser el arrendamiento de uno o más almacenes o garajes donde guardar el material de trabajo y los vehículos necesarios. Las herramientas y utensilios son muchos y pesados y no pueden depositarse debajo de la cama. Tampoco los automóviles y furgonetas deben sufrir el peligro de ser robados en la calle.
Durante semanas o meses, los componentes de la banda han de estudiar y ensayar todos los movimientos de ataque y huida. Cada miembro ha de saber exactamente cual es su cometido. Unos ejecutarán la operación y otros servirán de apoyo desde el exterior. Las herramientas y utensilios permanecerán a punto y convenientemente mantenidos.
El medio de un ataque a un banco por el sistema del butrón consiste en perforar cualquier parte del edificio, desde las paredes hasta el techo pasando incluso por el suelo, bien abriendo un agujero, bien agrandando un conducto ya existente; por ejemplo, cualquier desagüe. El material necesario se compone de palas, picos, bolsas de plástico, martillos, ganzúas, un gato hidráulico, una lanza térmica, gafas, pantallas metálicas protectoras, viguetas de hierro para apuntalar túneles, tijeras, antorchas de oxiacetileno, guantes, botellas de oxígeno, trajes de amianto, máscaras antigás, extractores de humo, carretillas, sistemas de transmisiones…
En el grupo de ataque, la banda cuenta con técnicos en topografía, construcción y electrónica. No es posible realizar un túnel desde la red de cloacas hasta el muro del banco o inutilizar el sistema electrónico de seguridad sin el pertinente conocimiento y experiencia en tales disciplinas.
Antes de emprender la operación, el grupo de apoyo perturbará el sistema electrónico de seguridad (detectores acústicos, ópticos, sísmicos, etcétera), con el objetivo de confundir a los vigilantes y finalmente aburrirlos por las continuas y aparentes falsas alarmas.
Una vez perpetrado el robo, cuyo botín guardarán los ladrones en las bolsas de plástico, la huida se producirá por la misma ruta de acceso, y una vez en franquía, los vehículos serán conducidos a los almacenes o garajes utilizados por la banda. El botín suele ponerse a buen recaudo ese mismo día, en otro país (bien por carretera, bien por avión) o en zulos construidos previamente en lugares de difícil localización. Las joyas y gemas preciosas son vendidas a las redes internacionales de peristas o receptadores en su estado primitivo; con las piedras desmontadas o con el oro fundido.

martes, 8 de abril de 2008

¿CAJAS DE ALQUILER SON SEGURAS?

¿Cajas de seguridad?
Los bancos las promocionan como los espacios más seguros para la custodia de dinero, alhajas y documentos de valor económico o afectivo. Pero lo cierto es que tampoco ellas escapan a la inviolabilidad. Si bien los casos son aislados, no hacen más que confirmar la regla. ¿Son responsables si me faltan elementos de la caja? ¿Deben reponerme los valores de los bienes sustraidos?
Hace unos meses, el Banco Nación, una de las instituciones más seguras del país, mostró su lado vulnerable. En la bóveda situada en el segundo subsuelo de la sede central del Nación, situada en Bartolomé Mitre y 25 de Mayo, a metros de la Casa Rosada y de la SIDE desconocidos violentaron cuatro cajas de seguridad. Fuentes judiciales informaron que se habrían llevado 120.000 dólares y 40.000 euros.Como dejar de lado el que hubiera sido uno de los robos más espectaculares de la historia policial del país sino fuera porque sus protagonistas fueron capturados. Boqueteros ingresaron a las cajas de seguridad de una sucursal del Banco Río, llevándose aproximadamente $60 millones. ¿Cómo funciona el servicio de cajas de seguridad?Para acceder al mismo, el usuario debe firmar con el banco un contrato de adhesión mediante la suscripción de un formulario impreso donde la entidad establece todas las cláusulas que regularán el acuerdo sin que el usuario pueda proponer la modificación de ninguna de ellas.En este contrato, el usuario se compromete a pagar un canon periódico por el servicio, a no guardar en su caja elementos explosivos o no permitidos por la ley (como ser estupefacientes), a ingresar y egresar dentro de los horarios y días establecidos por el banco, etc. Por su parte el banco se compromete a custodiar los bienes del cliente mediante el uso de todos sus conocimientos y de su condición de experto en materia de seguridad.Entonces, ¿es responsable también si me faltan objetos de valor de mi caja de seguridad?La Justicia aún no se puso de acuerdo sobre si este servicio que ofrecen las entidades bancarias es de depósito o de locación de servicios. Sí, es claro que se trata de un negocio complementario al de las prestaciones financieras que brindan los bancos a sus clientes: “los bancos aprovechan la infraestructura de seguridad que tienen montada para alquilar estos espacios y sacarles una renta”, contó a Defiéndase el especialista en seguros Gustavo Meilij.Si roban mi caja de seguridad, ¿puedo reclamar una indemnización al banco?Hay sentencias resueltas en este sentido. Por ejemplo, hace unos meses la Justicia Comercial ordenó a un banco el pago del contenido de una caja de seguridad robado a un cliente, a pesar de que éste no pudo demostrar el valor de lo depositado.El robo se había llevado a cabo en una sucursal del ex banco Mercantil (cuya cartera absorbió el Sudameris) durante un fin de semana de octubre de 1992, extendido debido al feriado del 12 de octubre, que cayó lunes. Tras vaciar las cajas de seguridad, los ladrones se hicieron con un botín de unos 20 millones de dólares.Los camaristas de la Sala C llamados a resolver la demanda de uno de los afectados, entendieron que el banco era el responsable de la seguridad de las cajas y, por lo tanto, no podía eludir su rol de garante con cláusulas de eximición.Respecto de la cuantificación del monto depositado (el cliente denunció el robo, entre efectivo y joyas, de 100 mil dólares de su caja), los magistrados determinaron que eran suficientes los indicios y presunciones aportados a la causa, debido a que no es obligatorio declarar el contenido de las cajas. Bastó en este caso con que el cliente diera muestras de su buena posición económica y de operaciones bancarias en las que se movilizaban importantes sumas de dinero.¿Cómo puede el banco eludir su responsabilidad?Para Meilij no existen demasiadas formas de renunciar a su deber de custodia, salvo aquellas que tengan como principio “el caso fortuito, la fuerza mayor o la culpa de un tercero por quien el banco no deba responder”.En cuanto al contenido impreciso de los montos de las cajas, como dijimos, el reclamo se basará en presunciones y estará en sintonía con el nivel de vida del cliente que, de ser elevado, tendrá como límite las dimensiones físicas del habitáculo. Meilij sostuvo que no se puede exigir que el cliente lleve prueba directa de lo que tiene en esa caja, por dos razones:-El carácter secreto del servicio, razón por la cual muchos clientes lo contratan.-El sentido común: nadie alquila una caja de seguridad para tenerla vacía y esperar a que la roben, para luego reclamar.Para los clientes de cajas de seguridad que prefieran asegurarse los valores depositados en forma exacta e inequívoca, el abogado en Derecho Comercial Juan María Aberg Cobo recomienda que “cuando el cliente deposita el dinero, joyas o documentos de valor, lo haga acompañado por un escribano público, a los efectos de certificar los elementos guardados”.Aberg Cobo explicó que en ese momento el notario labrará un acta con el detalle de todo cuanto se deposite, dejando constancia del domicilio de la entidad bancaria, el número de la caja cedida, fecha y hora del acto y nombre del titular.“También podría notificarse del labrado del acta al banco, pero es algo que el cliente difícilmente hará, para mantener en reserva la suma colocada en custodia”, expresó el abogado.Si el cliente tenía cosas o dinero por más valor del que el banco se hace cargo, ¿puede exigir el pago del total de lo sustraído?Según explicó el Dr. Lucas Orlando, especialista en derecho del consumidor, el banco incumplió el deber de brindar seguridad y debe hacerse responsable por el total de los montos. Sentencias anteriores han declarado nulas las cláusulas en los contratos que fijan un tope en la indemnización. Estas cláusulas son denominadas abusivas. De acuerdo con Orlando, la entidad es responsable del total depositado en la caja, además de los daños y perjuicios derivados del robo.Sin embargo, es esencial par este reclamo que el cliente no haya violado sus obligaciones con el banco, por ejemplo, guardar estupefacientes en las cajas, algo que esta prohibido. Esta ley también establece que la interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el consumidor. Consejos por si acaso…El Dr. Orlando, explicó que se deberá constatar la falta de elementos guardados en la caja con la presencia de un escribano público, que además certifique los daños que haya sufrido la caja indicando si la misma fue violentada. Asimismo el cliente deberá:- Recuperar el duplicado del contrato de alquiler, como así también demás comprobantes afines al mismo. - Detallar un inventario de los bienes y cosas que se poseían, indicando paralelamente su valor estimado (tanto del mercado como el personal). - Reunir otras pruebas que justifiquen ese daño. A modo de ejemplo: fotografías para el caso de joyas, comprobantes de sumas de dinero (ya sea de extracción, cobros, transferencias o liquidación de divisas), documentos de negocios comerciales (pasados, a realizar o futuros) que inducen la cantidad de moneda estipulada, declaraciones juradas del fisco (ganancias), herencias o legados recibidos, recibos de sueldos o cargos de su ocupación, testimonios de personas del pasar económico de los damnificados, bienes de terceros, otros documentos protocolares por escribano, no importando si son documentos nacionales o extranjeros (subsidios o pensiones o jubilación de otros estados), en fin todo elemento que demuestre la existencia de la fortuna o bienes resguardados en la caja de seguridad.

lunes, 7 de abril de 2008

SOLO ESTUVIERON 40 MINUTOS Y USARON UN DESTONILLADOR PARA ABRIR LA CAJAS FUERTES

Ya son cinco los bancos donde se robaron cajas de seguridad
No hay detenidos y en muchos casos los cofres de los clientes no fueron violentados
La Justicia y la policía investigan robos en cajas de seguridad ocurridos durante los últimos cuatro meses en cinco bancos de la ciudad de Buenos Aires y de la zona norte del conurbano. Fuentes judiciales y policiales confirmaron a LA NACION que, además del caso del Banco Nación, se denunciaron robos en al menos catorce cajas de seguridad de cuatro bancos privados de Palermo, Belgrano, de la zona de Tribunales y de Vicente López, cuyos nombres la Justicia mantiene en reserva hasta que no se establezcan las responsabilidades del hecho delictivo. Hasta el momento, los autores de los robos no fueron identificados y no hay detenidos. En el caso del banco de Palermo se habría comprobado que dos ladrones estuvieron cuarenta minutos solos en el recinto de cajas de seguridad y que utilizaron un destornillador para abrir los cofres. Según los informantes, varios de los cofres robados en otros bancos fueron abiertos sin violencia. Los investigadores policiales y judiciales no descartaron que los ladrones hayan usado un dispositivo mecánico que permite copiar las combinaciones de las cerraduras en menos de cinco minutos. Ese sistema sería similar al que empleó una banda que, hace cinco años, se apoderó de 7.000.000 de dólares luego de vaciar 30 cajas de seguridad de distintas entidades. Las denuncias por los robos ocurridos en los últimos cuatro meses se investigan en distintos juzgados de instrucción de la Capital Federal y en una fiscalía de Vicente López, según se pudo establecer a partir de una recorrida realizada por LA NACION. Con respecto a los hechos ocurridos en el banco de Palermo, la mayoría de los damnificados habría retirado la demanda civil debido a que la entidad, ante la evidencia de que un empleado habría incurrido en el incumplimiento de las normas de seguridad, llegó a un acuerdo económico con sus clientes. “La vulnerabilidad de la bóveda no depende de la eficacia de la cerradura. Es más, como experto en la materia considero que las cerraduras utilizadas en la mayoría de las cajas de seguridad son buenas, pero advierto que se puede tener la mejor tecnología en cerraduras, pero si la vigilancia o medidas de seguridad activas no son las correctas, las medidas de seguridad pasivas, como pueden ser la bóveda, las cajas o las cerraduras, nunca son suficientes, debido a que siempre existe la posibilidad de abrir las cajas. "Reitero, si en la bóveda no hay vigilancia permanente, existen diversas maneras de abrir las cajas de seguridad sin violentarlas y sin dejar ningún tipo de marcas que acredite que fueron abiertas", expresó un experto en seguridad bancaria en un peritaje que consta en una de las causas investigadas. Al ser consultados los voceros de algunos de los bancos en los que se denunciaron robos en cajas de seguridad durante los últimos cuatro meses, indicaron que en todos los casos se tomaron los reclamos de los clientes, se iniciaron investigaciones internas para tratar de establecer si hubo fallas de seguridad. Además, se comenzaron a analizar los movimientos de las personas que estaban autorizadas a realizar operaciones en cada una de las cajas y se ordenó la realización de peritajes para comprobar si esos robos efectivamente ocurrieron. "En esta investigación enfrentamos delitos que revelan la gran peligrosidad de sus autores. Esta característica queda demostrada a partir del momento en que los ladrones son capaces de ingresar a cara descubierta en las bóvedas mediante la utilización de un documento de identidad falso", expresó el abogado Marcelo Nardi, que representa a un damnificado por el robo en el banco de Vicente López. Expertos en seguridad bancaria, policías y peritos consultados por LA NACION coincidieron en que "si las normas fijadas por el Banco Central no se cumplen es factible que este tipo de robos se puedan producir". Entre otros procedimientos, dichas normas establecen que: * El cliente debe ingresar en el recinto de las cajas de seguridad siempre acompañado por uno de los empleados del banco, que tiene la llave maestra que es común a todos los cofres. * Cada uno con su llave debe abrir la caja de seguridad, retirar el contenedor metálico y volver a cerrar la caja. Luego, el empleado del banco debe acompañar al cliente hasta uno de los reservados en los que puede hacer la operación de colocar o retirar valores. Nadie debe quedar solo en el recinto de cajas de seguridad. * Una vez que termine la operación, el cliente llamará al empleado y juntos volverán a cerrar la caja. Según los expertos consultados por LA NACION, en todos los hechos de robos de cajas de seguridad, los peritajes demostraron que no se cumplieron esas normas. "Ante las fallas de seguridad, los bancos son responsables en casos de hurtos o de robos. En estos casos la jurisprudencia determina la nulidad de la cláusula del contrato firmado entre el banco y el cliente en al que se expresa que la entidad bancaria no se hace responsable por los robos", explicó la abogada Nydia Zingman de Domínguez, representante de otro damnificado y profesora de la cátedra de Contratos en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Hace una semana se conoció que habían sido violentadas por lo menos cinco cajas de seguridad de la casa central del Banco Nación, situada frente a la Plaza de Mayo. Dos clientes, que tenían sus cajas en los sectores 37 y 38, denunciaron que les robaron aproximadamente 760.000 pesos, repartidos en 180.000 dólares; 150.000 pesos y 20.000 euros. El jueves último, una clienta se presentó ante el juez federal Norberto Oyarbide y denunció que le habían robado 200.000 pesos que había cobrado por una indemnización. Aunque, según los investigadores, esta caja de seguridad no fue violentada y estaba en el sector 77. Con respecto a este hecho, anteayer, luego de inspeccionar la bóveda de la entidad, el juez Oyarbide indicó que no descartaba la posibilidad de que se hubieran robado más cajas de seguridad en dicho banco. Anteayer, el magistrado realizó una inspección en el recinto de cajas de seguridad de la entidad bancaria. El magistrado, acompañado por el fiscal federal Carlos Cearras, presenció los peritajes realizados por técnicos de la Gendarmería, en los que se habría determinado que los ladrones tardaron tres minutos y medio en forzar con barretas cada una de las cuatro cajas que fueron violentadas. A partir de los peritajes, los investigadores abonaron la sospecha de que el robo se produjo hace dos meses, mientras las cámaras de video no funcionaban. Además, presumen que el ladrón habría contado con la ayuda de algún empleado del banco.

ROBARON 300 CAJAS FUERTES

Desvalijan un banco catalán entrando por el conducto del aire
Los ladrones de Caixa Laietana de Mataró robaron 300 cajas fuertes sin reventar nada
Los desvalijadores de la Caixa Laietana de Mataró apenas hicieron destrozos en el edificio para acceder a la cámara de seguridad que guardaba las cajas fuertes.
En uno de los golpes más audaces y limpios de los últimos años, una banda de atracadores desvalijó durante el pasado fin de semana entre 100 y 300 cajas de seguridad de la cámara acorazada de la sede central que la Caixa Laietana tiene en el centro de la capital del Maresme. Los clientes afectados no fueron avisados del robo hasta el martes por la tarde, muchas horas después de que los empleados y directivos de la entidad se hubieran percibido del atraco.
Los ladrones se limitaron a agrandar la boca de un conducto de ventilación para acceder a la bóveda acorazada desde una especie de almacén anexo, según informaron fuentes de la investigación. Por lo demás, no existen desperfectos en ninguna otra parte del edificio. «Circularon libremente por muchas dependencias» de la entidad, según las mismas fuentes.
Fuentes de la investigación, responsabilidad del Cuerpo Nacional de Policía, aseguraron que los ladrones -se da por seguro que fueron más de uno- tardaron dos o tres horas en realizar el asalto y sólo se llevaron dinero en metálico, dejando joyas y todo tipo de documentos sobre el montón en el cual vaciaron las cajas de alquiler, mientras se daban a la fuga con el botín conseguido.
Al parecer, el agujero en el conducto blindado del aire acondicionado fue realizado con un aparato de dimensiones reducidas y de última tecnología en el que se podrían haber gastado unas 200.000 pesetas, tal y como apuntaron fuentes cercanas a la investigación.
MISTERIO.- Los atracadores no utilizaron el sistema del butrón -perforación de la cámara y trazado de un túnel desde un inmueble contiguo-, por lo cual sigue siendo un misterio como se introdujeron en el edificio, situado en el centro de Mataró, sin ser vistos o, al menos, levantar sospechas.
Otro dato que por el momento hace inexplicable lo ocurrido, es el hecho de que durante todo el fin de semana hubo vigilancia y los monitores de televisión estuvieron funcionando. Sin embargo, las alarmas de que está dotada la entidad quedaron bloqueadas.
A pesar de ello, se trabaja con la hipótesis de que los atracadores llegaron hasta un almacén que se encuentra en el subterráneo, y de ahí pasaron a una habitación anexa que hay al lado de la cámara acorazada donde se encuentran las cajas de seguridad que fueron vaciadas. La policía considera que el «trabajo» se hizo de forma «muy profesional y limpia».
CLAVES.- En esa limpieza referida por la policía podría estar una de las claves del robo. No existen elementos forzados. Según fuentes cercanas a la investigación, «quienes entraron sabían bien por dónde se movían». La lógica hace creer, y la policía no descarta ninguna hipótesis, que uno o varios de los que entraron tuvieran perfecto conocimiento del edificio. Ese dato acota significativamente el número de posibles sospechosos.
Ricard Navarro, portavoz de Caixa Laietana, aseguró que «la mayoría de valores son susceptibles de recuperación», aunque tendrá que haber «un proceso de identificación» para que los clientes afectados puedan recuperar sus pertenencias.
Navarro expresó su cautela respecto al contenido de las cajas desvalijadas, si bien aclaró que, en su gran mayoría, lo que «ha

CONDENAN A UN BANCO POR EL ROBO DE UNA CAJA DE ALQUILER

Condenan a un banco por el robo de una caja de seguridad La Justicia dijo que el banco no cumplió con las normas de seguridad · Y consideró probado el valor del dinero depositado · La indemnización es de 49 mil dólares más intereses · El robo fue en junio de 2000
ANTECEDENTE. El fallo serviría para otros casos, como el del Banco Crédito.
En un fallo que puede sentar jurisprudencia para casos iguales, la Justicia condenó al Banco Quilmes a pagar "inmediatamente por estar en mora" la plata robada en 1994 de una caja de seguridad. Son 49.400 dólares más los intereses, reclamados por dos clientes, Haydée y Eduardo Folgueras. La jueza comercial Elvira Cáceres Cano sentenció que el Banco Quilmes no cumplió con las normas de seguridad bancaria y actuó de mala fe al rechazar las pruebas presentadas por los damnificados.
El fallo de la doctora Cáceres Cano, titular del Juzgado Comercial N 16 de la Capital Federal, reconoció que los Folgueras depositaron 48.000 dólares además de 200 pesos y joyas valuadas en 1.200 dólares. Ellos tenían una caja en la sucursal Piñeiro del Banco Quilmes, ubicada en Avellaneda, que fue asaltada por boqueteros el 5 de junio de 1994.Esa vez, los delincuentes violentaron más de 190 cajas de seguridad y se habrían llevado 2.000.000 de pesos. Esta modalidad se repitió frecuentemente en los últimos tiempos .Un punto clave de este caso es cómo pudo comprobarse que los damnificados tenían realmente los 49.400 dólares en su caja de seguridad.Es habitual que los bancos tomen distancia tras un robo en las cajas de seguridad, argumentando que se trata de un contrato de alquiler y que por eso la institución no puede saber lo que el cliente guarda en la caja. Pero aquí la jueza consideró que se trata de un contrato de seguridad, no de alquiler. Y por lo tanto "si la seguridad se quiebra por un delito hay incumplimiento de contrato por parte del Banco, que debe hacerse responsable", explicó a Clarín el abogado de los Folgueras, Gustavo Soler.En el fallo, la jueza acepta como prueba las boletas de compraventa de dólares emitidas por una casa de cambios, que presentaron los Folgueras. Además tomó en cuenta los testimonios de cuatro testigos e investigó la capacidad económica de los Folgueras, sus medios de vida y antecedentes morales.RechazoAl parecer, el Banco rechazó aquellas boletas como prueba, argumentando que no tenían nombre ni dirección. El abogado Soler explicó que "la jueza comprobó que así se vende moneda extranjera en los bancos y casas de cambio, se trata de una costumbre usual".Por eso, el fallo considera que la negativa del Banco a aceptar aquellas boletas "no se compadece con una conducta acorde al principio de la buena fe, que es exigible en mayor medida a una entidad bancaria que a cualquier particular. Porque a los bancos les son confiados la administración y custodia de dinero del público en general".Soler agregó que "los Folgueras demostraron que vivían en una zona inundable de Villa Dominico y que habían puesto la plata en el Banco Quilmes para tener más seguridad. Son una familia de clase media, Haydée es profesora de matemáticas, casada y madre de dos hijos. Su hermano Eduardo es ingeniero mecánico".Normas incumplidasLas normas de seguridad bancaria se establecieron en la Ley 19.190 y el decreto reglamentario 2525, "cuyas pautas no fueron cumplidas por el Banco", explicó el abogado Soler. Y agregó: "En la investigación judicial se comprobó que no tenían circuito cerrado de televisión, las paredes de la bóveda no tenían el ancho reglamentario y tampoco el tipo de cerraduras de seguridad necesario".Por eso, el fallo destaca que "los ladrones dispusieron de muchas horas para el robo. Perforaron una pared sin que nadie advirtiera nada y no había guardia nocturna. Salieron y entraron del Banco en muchas oportunidades".

EL GRAN GOLPE

SIGUE SIN CONOCERSE LA IDENTIDAD DE LOS LADRONES NI LA CUANTIA DEL BOTIN
El lunes 27, a las ocho de la mañana, después de dos días y medio de fiesta, el interventor del Banco de Andalucía en Marbella descubrió horrorizado que había sido forzada una de las dos cajas acorazadas de la sucursal y desvalijadas las 186 cajas de seguridad alquiladas a clientes de la entidad. Aunque nadie sabe con seguridad, el botín logrado por los no menos de seis ladrones que participaron en el golpe, porque absolutamente nadie que no sea el arrendatario tiene acceso a las mismas, la mayoría de las estimaciones coinciden en la cifra de los 2.000 millones de pesetas. Una semana después no existen pistas seguras sobre los autores y no se ha detenido a ningún sospechoso, aunque la policía no descarta la hipótesis de que podrían haber contado con la colaboración de alguno de los propietarios de las cajas o de los propios empleados del banco, dado el total conocimiento del interior del banco y de sus sistemas de alarma que mostraron los ladrones.
Aunque viva cien años más, al comisario jefe de Policía de Marbella, Fernando Godoy, sesenta años cumplidos, cuyo hobby es precisamente la electrónica, no se le olvidará el día 27 de diciembre de 1982. Era el día en que estrenaba el cargo, porque al anterior jefe, Antonio Pascual, le habían destinado a la Jefatura Superior de Policía de Bilbao como jefe de servicios. Aunque probadamente madrugador -era hasta entonces segundo comisario-, Godoy tuvo sólo unos minutos para llegar al despacho de la primera planta, justo en el chaflán del primer pasillo, antes de que le espetasen el bombazo de una sola vez: Desvalijadas las 186 cajas de seguridad de la sucursal principal del Banco de Andalucía en Marbella.
Sólo unos minutos tardó en presentarse en la calle de Ricardo Soriano, 32, el tramo de la travesía de la carretera de Málaga a Cádiz donde están agrupados la mayoría de los bancos de Marbella, y en hacerse cargo de la situación. Los ladrones -después se pudo establecer, tras un estudio minucioso de todas las operaciones que llevaron a cabo durante su larga estancia en el interior del banco- habían entrado al edificio a través de unas oficinas independientes del propio banco donde.está situada la central dé proceso de datos y unas habitaciones en obras (la puerta no está blindada, curiosamente), y tras practicar un agujero o butrón se plantaron en la zona .noble de la sucursal, también en el primer piso, donde se encuentra la oficina del director y la sala de juntas, entre otras instalaciones.
La propia policía no ha podido establecer la hora de entrada de los autores del robo, pero el cálculo de las 32 horas y los restos relativamente recientes de botellas de agua y cerveza (consumieron gran cantidad, a causa del fuerte calor reinante en la pequeña antesala de la caja acorazada, que tardaro veintidós horas en forzar con sopletes de oxígeno) y de comida permiten establecer que saliero entre el mediodía y la tarde del domingo, por lo que bien pudieron comenzar el trabajo en la noch del 24 al 25 de diciembre. De las declaraciones de los vecinos del inmueble (hay también un estudio de arquitectura, la consulta de un dentista y un centro de acupuntura en el edificio, de siete plantas) se desprende que ninguno oyó el má mínimo ruido. Que eran verdaderos profesio nales lo abona el hecho de qu desconectaron sin equivocaciones el complejo sistema de seguridad del banco: sensores de aproximación, de percusión y térmicos, además de circuitos de seguridad con cables de ruptura para hacer saltar la alarma en caso de que no se sepa cómo manipularla -es una especie de clave secreta-, aunque no había sensor microondas destinado a detectar la existencia de objetos móviles. Sí había un acumulador de energía para el caso de un corte del suministro eléctrico. El banco cumplía de sobra las normas de seguridad legales. También desconectaron la alarma local de la sala de cajas de seguridad (una puerta blindada. marca Fortis con un trampón de emergencia para el hipotético caso de bloqueo, ambas de veinte centímetros de espesor con chapas de acero y capas de hormigón). Fue el trabajo más duro. Los expertos le calculan veintidós horas. Otras ocho o nueve les llevó desvalijar con palanquetas, picos y picoletas, con una limpieza extraordinarias una a una, las 186 cajas de seguridad. Un trabajo casi de artesanos. El otro detalle definitivo de la profesionalidad de los ladrones lo muestra el hecho de que estudiaron con calma las joyas que hIbía que desechar, así como los objetos de plata que sobrecargarían las bolsas. También la totalidad de los documentos. Un notario levantaba acta de los mismos, abandonados en el suelo, el mismo lunes.